(Bloomberg) — Colombia y Panamá buscarán construir una ruta única y ordenada a través de la selva que cruzan cientos de miles de migrantes en su intento por llegar a Estados Unidos, según el presidente colombiano, Gustavo Petro.

Las dos naciones quieren que la ruta sea “legal y controlada por ambos gobiernos”, dijo Petro a periodistas en Nueva York después de una reunión con el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, al margen de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

“Queremos abrir una ruta tranquila, eficaz y controlada por el poder público de ambos países”, dijo Petro.

Esto sustituiría a la situación actual, donde varios caminos controlados por el crimen organizado cruzan la selva conocida como el Tapón del Darién, explicó Petro.

Más de medio millón de personas atravesaron el Darién el año pasado, según la autoridad migratoria panameña. Los migrantes procedían de lugares tan lejanos como Nepal, Afganistán y el Congo, aunque más del 60% eran venezolanos.

La mayoría de las personas que toman la ruta planean cruzar Centroamérica y México para llegar a EE.UU. La inmigración es una de las principales preocupaciones de los votantes en las elecciones de este año entre Kamala Harris y Donald Trump.


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