China bajó el jueves la cotización del yuan (CNHUSD=X), su moneda, por cuarto día consecutivo, mostrando su capacidad de utilizarlo como arma comercial contra Washington, aunque la tasa de cambio se estabilizó tras unas caídas que han alarmado a los mercados financieros.

El banco central fijó una cotización de 7,0039 yuanes por dólar estadounidense al inicio de las operaciones del día. Fue la primera vez que el punto de partida para la jornada se situaba por debajo del nivel políticamente sensible de 7 yuanes por un dólar.

La divisa china operaba a 7,0435 a media tarde, más fuerte que el día anterior.

Beijing alarmó a los inversionistas el lunes al permitir que el yuan cayera a un mínimo de 11 años frente al dólar. El descenso siguió a la amenaza del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de subir de nuevo los aranceles a las importaciones chinas por valor de 300.000 millones de dólares, dentro de una disputa comercial y tecnológica.

Hoy, los mercados de todo el mundo respiran (sigue aquí los principales índices internacionales). Ha bajado la volatilidad y tratan de recuperar el terreno perdido durante una semana que ha sido un cúmulo de nervios. También ha contribuido hoy a suavizar los ánimos los datos de las exportaciones de China del mes de julio que, sorprendentemente y a pesar de la guerra comercial, experimentaron el mayor crecimiento de sus exportaciones desde marzo. Esto ha hecho que los inversores se muestren menos pesimistas sobre la posibilidad de que todo esto termine en una recesión global.

Una seria advertencia para Trump

Las caídas de esta semana son “un tiro de advertencia para el gobierno de Trump” que muestra que Beijing puede debilitar el yuan para responder a la presión comercial, señaló en un reporte Nariman Beravesh, de IHS Markit.

Si se trata de una nueva fase en la guerra comercial, señaló el analista, “la tormenta financiera resultante podría sumir en una recesión tanto la economía estadounidense como la global”.

Las variaciones del yuan esta semana son pequeñas comparadas con las fluctuaciones del euro y otras monedas importantes. Pero Washington alega que la práctica de la depreciación del yuan es una ventaja injusta porque baja los precios de las exportaciones chinas e infla su superávit comercial. Eso hace que cualquier descenso tenga implicaciones políticas.

El Banco Popular de China fija cada mañana el cambio del yuan y permite una variación del 2% a lo largo del día. Puede intervenir y comprar o vender divisas, o bien ordenar a los bancos comerciales chinos que lo hagan, para impulsar la tasa de cambio.

Un yuan más débil ayudaría a compensar las subidas estadounidenses de aranceles. Pero la moneda solo ha perdido en torno a un 5% este año, lo que no puede compensar por completo las subidas de hasta un 25% en los aranceles ordenadas por Trump.

Trump lanzó su amenaza la semana pasada después de que las conversaciones comerciales entre ambas partes concluyeran sin indicios de un acuerdo. Los negociadores tenían previsto volver a reunirse en septiembre en Washington.

Fuente: Reuters


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