La escalada de la guerra comercial entre Estados Unidos y China está empujando a la economía mundial hacia su primera recesión en diez años, y los inversores han pedido a los políticos y los bancos centrales que actúen rápidamente para cambiar de rumbo.
Esta situación y los temores de los inversores se están dejando notar hoy en Wall Street, donde uno de los principales índices, el Dow Jones (^DJI) , está sufriendo caídas por encima del 1,5%. En Europa la sesión fue negativa, aunque de descensos moderados. Sigue aquí los principales índices del mundo.
Solo en Estados Unidos, el riesgo de recesión es “mucho más alto de lo necesario y mucho más alto que hace dos meses”, dijo a Bloomberg Televisión Lawrence Summers, ex secretario del Tesoro de Estados Unidos y asesor económico de la Casa Blanca durante la última recesión. “A menudo se puede jugar con fuego y no pasa nada malo, pero si se hace demasiado, al final uno se quema”.
Summers, que enseña en la Universidad de Harvard, todavía ve una probabilidad menor del 50 por ciento de que Estados Unidos entre en recesión en los próximos 12 meses. Los inversores son mucho más pesimistas: un segmento de la curva de rendimiento observado de cerca, la diferencia entre los bonos a 10 años y la deuda a tres meses, muestra la mayor inversión desde 2007, lo que indica apuestas a una debilidad prolongada.
El banco central de Nueva Zelanda sorprendió a los inversores el miércoles al reducir su tasa de referencia en 50 puntos básicos, el doble de lo previsto, lo que provocó el desplome del dólar neozelandés. Tailandia también sorprendió, con un recorte de 25 puntos básicos. El banco central de la India bajó su tasa en unos 35 puntos básicos, algo inusual.
Si bien el ajuste de los mercados laborales a nivel mundial y el reciente cambio de los bancos centrales deberían proporcionar un colchón, los economistas están comenzando a anticipar cómo podría ocurrir una recesión. Sus temores se centran principalmente en el comercio.
Según uno de los supuestos, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, avanzaría con su amenaza más reciente de imponer aranceles del 10% a otros productos chinos por US$300.000 millones, lo que provocaría una respuesta del presidente Xi Jinping. Es probable que el coste directo de esos aranceles sea pequeño, pero la incertidumbre creada por una mayor escalada de la guerra comercial podría afectar la inversión, la contratación y, en última instancia, el consumo.
Los economistas de Morgan Stanley predicen que si Estados Unidos aplica aranceles del 25% a todas las importaciones chinas en un período de cuatro a seis meses y el país asiático responde, es probable que se produzca una contracción económica mundial en un plazo de tres trimestres. Las tensiones también van más allá de Estados Unidos y China, e incluyen Japón con Corea del Sur, así como la futura relación del Reino Unido con la Unión Europea.
Repercusiones mundiales
La preocupación es que, sin una tregua comercial pronto, los mercados ampliarán la reciente caída y, ante la incertidumbre, las empresas reducirían aún más la inversión, extendiendo las dificultades de los fabricantes al sector de servicios. Ante esa situación, un mercado laboral ajustado comenzaría a fracturarse y los consumidores se replegarían.
Fuente: Reuters
Source: Economia
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