Standard & Poor’s Global Ratings destacó en un comunicado que hubo “una erosión del perfil de deuda de Argentina , de la trayectoria de crecimiento económico y de la dinámica de inflación tras los reveses en la implementación de su desafiante programa de ajuste económico”.

De esta manera, la calificadora de riesgo cambió la perspectiva de la deuda del país a estable, desde la revisión especial negativa en que la había colocado a fines de agosto. Además, redujo la nota de los bonos argentinos de largo plazo -tanto en moneda extranjera, como en moneda local- desde “B+” a “B”, y confirmó la calificación de corto plazo, en ambas monedas, y la mantuvo en la categoría “B”.

La firma reconoció que el plan monetario y fiscal lanzado hace 45 días ayudó a estabilizar el mercado, pero su impacto “nos llevó a empeorar nuestras proyecciones para el perfil financiero, de inflación y de desempeño económico durante los próximos dos años”, destacó el informe.

Para S&P “la perspectiva de las calificaciones de largo plazo es estable”. Según explicó, esta definición se basa en la “expectativa de que el gobierno implementará medidas fiscales, monetarias y de otro tipo para estabilizar la economía durante los próximos 18 meses”.

En esta línea, bajó también la calificación soberana de la Argentina a ‘raAA-‘ desde ‘raAA’ y su evaluación de riesgo de transferencia y convertibilidad a ‘B+’ desde ‘BB-‘.

El comunicado

Acción de Calificación

Nueva York, 12 de noviembre de 2018 – S&P Global Ratings bajó hoy las calificaciones soberanas de largo plazo de Argentina en moneda extranjera y en moneda local a ‘B’ desde ‘B+’ y confirmamos nuestras calificaciones de corto plazo en moneda extranjera y moneda local de ‘B’. También retiramos las calificaciones de largo plazo de nuestro listado de Revisión Especial (CreditWatch), donde las habíamos colocado el 31 de agosto de 2018 con implicaciones negativas. La perspectiva de las calificaciones de largo plazo es estable. Al mismo tiempo, bajamos nuestras calificaciones soberanas en escala nacional a ‘raAA-‘ desde ‘raAA’. También bajamos nuestra evaluación de riesgo de transferencia y convertibilidad (T&C) a ‘B+’ desde ‘BB’.

Perspectiva

La perspectiva estable refleja nuestra expectativa de que el gobierno implementará medidas difíciles, tanto fiscales como monetarias y de otro tipo, para estabilizar la economía en los siguientes 18 meses, conteniendo gradualmente el deterioro del perfil financiero y del nivel de deuda del soberano, revirtiendo la dinámica de la inflación y restaurando la confianza de los inversionistas. La combinación de menores necesidades de financiamiento gubernamental, descenso de la inflación y tasas de interés y las expectativas de continuidad en políticas económicas clave después de las elecciones nacionales de octubre de 2019, podrían sentar las bases para la recuperación económica y contener la vulnerabilidad externa.

Podríamos volver a bajar las calificaciones durante los próximos 12 meses si acontecimientos políticos negativos inesperados o la implementación irregular del programa de austeridad económica del gobierno daña más la confianza de los inversionistas, empeorando el acceso del gobierno al financiamiento de mercado y presionando potencialmente la moneda, lo que afectaría la dinámica de inflación. De igual manera, las percepciones de que el compromiso del soberano con el programa de ajuste económico podría titubear después de las elecciones nacionales de 2019 crearían una dinámica de mercado desfavorable similar, que podría dar por resultado elevadas tasas de interés por un tiempo prolongado. En cualquier caso, el deterioro resultante en el perfil financiero del soberano y en su acceso a liquidez para refinanciar vencimientos de deuda podría llevar a una calificación más baja.

Podríamos subir las calificaciones en los próximos dos años si la implementación exitosa de las políticas lleva a un descenso más rápido de lo esperado en la inflación, a mayor estabilidad cambiaria y a una recesión menos profunda de lo que se prevé. Ello, aunado a las expectativas de continuidad en las políticas económicas tras las elecciones de 2019, podrían revertir el reciente deterioro del perfil fiscal, monetario y de deuda de Argentina, así como mejorar sus perspectivas de crecimiento de largo plazo del PBI.

Fundamentos

La baja de las calificaciones de largo plazo refleja la erosión del perfil de deuda de Argentina, de la trayectoria de crecimiento económico y de la dinámica de inflación tras los reveses en la implementación de su desafiante programa de ajuste económico. Los cambios anunciados recientemente en la política fiscal y monetaria han ayudado a estabilizar los mercados financieros, después de un segundo episodio de huida de capitales y depreciación de la moneda que inició en agosto. Sin embargo, el impacto reciente de la irregular implementación de la estrategia económica del gobierno nos ha llevado a empeorar nuestras proyecciones para el perfil financiero, inflación y desempeño económico del soberano durante los próximos dos años.

Esperamos que el PBI se contraiga 2.5% este año y casi 1% en 2019, antes de recuperarse modestamente en 2020. Es probable que la inflación se sitúe alrededor de 44% y podría caer solo gradualmente hacia 25% en 2019. La rápida depreciación del peso argentino frente al dólar en este año ha contribuido a un incremento en la carga de la deuda del gobierno (debido a que la mayoría de la deuda soberana está denominada en moneda extranjera). Esperamos que la deuda neta del gobierno general rebase 80% del PBI este año, desde 50% en 2017.

Fuente: Reuters


Source: Economia