El Banco Central Europeo (BCE) abandonó el jueves su promesa de largo tiempo de incrementar las compras de bonos en caso de necesidad, dando otro pequeño paso para independizar a la economía de la zona euro de un prolongado estímulo monetario.

Manteniendo toda su política en general sin cambios, el BCE dijo que aún podría extender su esquema de adquisiciones de bonos de 2,55 billones de euros (3,16 billones de dólares) más allá de septiembre en caso de requerirse tal medida, pero omitió una referencia a compras más grandes.

Esto fue una señal de que la entidad continúa en camino a poner fin antes del cierre del 2018 un programa de alivio que ya lleva tres años.

Después de revivir el crecimiento económico de la zona euro con un estímulo generoso, el BCE ha estado reduciendo el apoyo en dosis minúsculas, temiendo que cualquier modificación grande pueda deshacer su labor y forzar a una reversión en su política que sería vergonzante y dañina para la economía.

“Las compras netas de activos, en el ritmo actual de 30.000 millones de euros, están destinadas a seguir hasta el final de septiembre de 2018, o más allá, si es necesario, y en cualquier caso hasta que el Consejo de Gobierno vea un ajuste sostenido en el sendero de la inflación consistente con su meta de inflación”, dijo el BCE en la declaración tras su encuentro regular de política.

La inflación de la zona euro sigue insistentemente baja. “Nuestro mandato es en términos de la estabilidad de precios. Todavía no se puede declarar la victoria”, dijo el presidente del BCE Mario Draghi en una conferencia de prensa.

Dejar de lado el llamado sesgo expansivo es algo principalmente simbólico ya que solo muy pocos esperaban un aumento de las compras de bonos, pero la iniciativa igualmente fue vista como un antecedente de una revisión más amplia de la orientación de política del banco, lo cual el BCE había insinuado en encuentros anteriores.

“Este es un primer paso importante hacia la salida de las políticas no convencionales e incrementa la probabilidad de que las compras de activos sean finalizadas en septiembre”, dijo Kjersti Haugland, economista jefe de DNB Bank.

El euro, que caía 0,3 por ciento a 1,2378 dólares antes del anuncio, ascendió al máximo del día de 1,2431 dólares para luego retroceder 0,1 por ciento a 1,2409 dólares.

Draghi reveló una modesta mejora en la previsión del crecimiento económico de la zona euro del BCE, a 2,4 por ciento desde el ritmo de 2,3 por ciento anticipado anteriormente. Las proyecciones de 2019 y 2020 se mantuvieron sin cambios en 1,9 por ciento y 1,7 por ciento, respectivamente.

“La información entrante, incluyendo las proyecciones de nuestros técnicos, confirma el impulso del crecimiento fuerte y generalizado en la economía del área del euro, que se proyecta con una expansión en el corto plazo a un ritmo algo más veloz de lo previsto anteriormente”, dijo el funcionario.

No obstante, Draghi citó el “creciente proteccionismo” como un riesgo, y si bien juzgó que cualquier impacto directo de los aranceles estadounidenses al acero y el aluminio sería limitado, dijo que una eventual acción de Estados Unidos aumentaría las preocupaciones acerca de las relaciones internacionales. “Si uno coloca aranceles contra quienes son sus aliados, uno se pregunta quiénes son los enemigos”, dijo.

Fuente: Reuters


Source: Economia