Tras 18 años de negociaciones, la Unión Europea y el Mercosur se acercan a un acuerdo de libre comercio y no se descarta algún anuncio esta semana en Buenos Aires, durante la conferencia ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
“Esto avanza, hay una fuerte posibilidad de que haya una declaración” sobre este tema, estimó Jonathan Hepburn, del Centro Internacional para el Comercio y el Desarrollo Sustentable.
Los países del Mercado Común del Sur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) quieren cerrar el acuerdo antes de fin de año. Por el lado europeo, privilegian “el contenido más que el calendario”.
“No hay que confundir velocidad con precipitarse. Necesitamos dar garantías a los consumidores europeos, ligadas al aspecto sanitario, para asegurarse que los productos son compatibles con los estándares de la Unión Europea”, explicó el secretario de Estado francés a cargo del Comercio Exterior, Jean-Baptiste Lemoyne.
De manera elíptica, sostuvo que hasta ahora “las propuestas no han tenido aún suficientes respuestas”.
– Renuencias de agricultores europeos –
Argentina, país anfitrión de la XI Conferencia de la OMC y que recibirá al G20 en 2018, presiona para poder exhibir un acuerdo antes del final de la reunión de comercio, que termina el miércoles.
Los cuatro presidentes del Mercosur están en Buenos Aires, listos para descorchar.
Previo a la reunión de la OMC, el ministro argentino de Relaciones Exteriores, Jorge Faurie, se había declarado “entusiasta, porque estamos muy cerca de un acuerdo” entre la UE y el Mercosur.
El presidente de Brasil, Michel Temer, hizo referencia a “significativos progresos estas últimas semanas” que permiten vislumbrar un acuerdo, al menos político, de aquí al 21 de diciembre, fecha de la próxima cumbre del Mercosur en Brasilia.
La UE incluyó en sus exigencias una referencia al Acuerdo climático de París y un capítulo sobre el desarrollo sostenible.
“Para nosotros, el proceso no llegó a su fin. No creo que podamos llegar a un acuerdo en Buenos Aires, aún tenemos trabajo por delante”, declaró el lunes el jefe de la delegación francesa en Buenos Aires.
La comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, admitió recientemente que las negociaciones podrían prolongarse “hasta enero o principios de febrero”, y estimó que se arribará a buen puerto antes del mes de marzo y de los plazos electorales en América del Sur.
Tanto para las carnes como para el etanol-biodiésel, lo que traba son las cuotas anuales. Los sudamericanos, en particular Brasil, quisieran poder exportar 100.000 toneladas al año de carne bovina hacia Europa, mientras que Bruselas por ahora solo abre sus puertas a 70.000 toneladas, según una fuente cercana a las negociaciones.
Para el etanol-biodiésel a base de soja, la UE habría aceptado 600.000 toneladas y 1000.000 a base de azúcar.
Los agricultores europeos, preocupados por la competencia sudamericana, le ponen presión al tema.
“En estas negociaciones, el sector agrícola, sus empleos y sus productos merecen más que ser solo considerados como una variable de ajuste de acuerdos comerciales de otros sectores industriales”, advirtió el principal sindicato agrícola francés, la FNSEA (Federación Nacional de Sindicatos de Productores Agrícolas).
“No hay que sacrificar las filiales en dificultad”, agrega en Buenos Aires el ministro francés.
– “Timing” político –
En América del Sur, en tanto, los industriales con altos costos de producción (textil, automotriz) temen el flujo de productos europeos. El Mercosur abriría también los mercados públicos a sociedades europeas.
Una solución de compromiso podría ser una apertura progresiva de los mercados.
Los negociadores no tendrán la última palabra. El acuerdo deberá ser ratificado por los parlamentos de cada país europeo.
Tras un tiempo frenadas, las negociaciones para un tratado de libre (TLC) comercio retomaron en 2016 favorecidas por la llegada al poder de gobiernos pro-mercado en Argentina y Brasil.
“En los TLC, hay perdedores y hay ganadores de cada lado. Los productores y los consumidores no siempre tienen los mismos intereses. Los gobiernos tienen que asumirlo y tomar medidas, compensar y reorientar (aquellos que podrían sufrir el impacto)”, señaló Jonathan Hepburn.
La Conferencia ministerial de la OMC, entorpecida por Estados Unidos, podría fracasar y cerrar sin su declaración final suscripta por sus 164 miembros. Un anuncio relacionado con un acuerdo de libre comercio UE-Mercosur sería una manera de salvar la apuesta.
Source: Economia
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