Tres investigadores del Fondo Monetario Internacional, Reda Cherif, Fuad Hasanov y Aditya Pande, prevén que la introducción de vehículos eléctricos en nuestras calles provocará una auténtica revolución energética, que podría llevar al barril de crudo al entorno de los 15 dólares (a precios corrientes) a partir del año 2040. En su opinión, la evolución del crudo en las próximas décadas podría parecerse a la que tuvo el carbón a principios del siglo XX.
En su estudio, Cabalgando la transición energética: el petróleo más allá de 2040 indican que una de las actividades que más podría cambiar en los próximos años será el transporte y lo hará gracias al vehículo eléctrico. “Hace un siglo, el avance del crudo se produjo como consecuencia de una revolución en el transporte, cuando los caballos fueron sustituidos por los automóviles. La próxima transición volverá a proceder de una revolución en el transporte ya que el 57% de la demanda global de petróleo se debe al transporte. Sólo el transporte por carretera consume el 44% del crudo”. Esta alta dependencia del transporte respecto del petróleo se va a reducir notablemente por la aparición de los vehículos eléctricos.
Los autores recuerdan que a principios del siglo XX ya se fabricó un coche eléctrico con un cierto éxito de ventas en Estados Unidos. No obstante, la aparición en el mercado del Ford T de gasolina, que costaba un 60% menos que sus competidores eléctricos, relegaron a estos a un segundo plano hasta el siglo XXI. Los economistas del FMI encuentran un paralelismo entre la evolución de las ventas de coches a principios del siglo XX y de vehículos eléctricos a principios de esta década.
Similar a la sustitución de caballos
Para calcular cuál será la cuota de mercado de los vehículos eléctricos en las próximas décadas, los autores se han basado en cómo desplazó el vehículo a motor al caballo a comienzos del siglo XX. Entre 1905 y 1915 la propiedad de caballos por cada mil personas bajó un 30% y en los siguientes quince años descendió un 90%. Siguiendo este patrón, los coches de gasolina caerán un 30%. En los siguientes quince años, la propiedad de estos vehículos caería otro 90%, según sus proyecciones.
En este contexto, prevén dos escenarios: en el primero, los vehículos eléctricos aumentarían a un ritmo del 30% de media en los próximos 25 años (menos de lo que han crecido al año entre 2011 y 2015). La llegada de los coches sin conductor, el desarrollo del car sharing y la mejoría del transporte público ayudarían a alcanzar estas cifras, que llevarían a que el 93% de los vehículos de 2042 fueran eléctricos.
No obstante, no descartan un crecimiento más lento del vehículo eléctrico, de forma que la proporción de vehículos eléctricos a principios de 2040 rondaría el 40% del total. Los autores recuerdan también un curioso informe realizado por McKinsey para la operadora AT&T sobre el potencial del mercado de teléfonos móviles. Según sus cálculos, los obstáculos que tenía (alto coste por minuto, escasa duración de la batería, falta de cobertura?) harían que el mercado rondase las 900.000 unidades en los 2000. Hoy en día, la cifra es 120 veces mayor, recuerdan los economistas.
En su opinión, las trabas que existen en el mercado del vehículo eléctrico podrían desaparecer igual de rápido. Además, otra de las claves será su precio, ya que la experiencia de primeros del siglo XX muestra un fuerte incremento de la demanda de coches cuando su precio se redujo a una cuarta parte después de los avances de Ford.
Descenso de la demanda
A este triunfo del coche eléctrico se unirá, según los autores, el crecimiento del consumo de energía eléctrica, que se impondrá a otras fuentes, en países en desarrollo, como China o India.
Todo ello llevará a que el petróleo se convierta en el “nuevo carbón”, tanto en lo que se refiere a la demanda como al precio. En lo primero, los autores creen que seguirá la tendencia del carbón en la primera mitad del siglo XX. Entre 1918 y 1944, pasó de aportar el 73% de la energía primaria al 50% debido al descenso de calderas de carbón por el avance del crudo y del gas natural. Entre 1944 y 1960 se produjo el descenso total del mercado, mientras se producía un avance paralelo del petróleo. Desde el triunfo del crudo frente al carbón, el precio de éste se ha mantenido en torno a los 15 dólares por el equivalente a un barril de petróleo.
Este patrón y la previsión de un fuerte crecimiento del mercado de vehículos eléctricos son los que llevan a pensar a los autores en un descenso del consumo de petróleo en los países de la OCDE. Además, tanto en el escenario en el que esperan más de un 90% de coches eléctricos como en el más conservador, el consumo de petróleo para transporte caerá un 24% en los próximos quince años.
En este escenario en el que el petróleo pierde su rol de principal fuente de energía para transporte, su precio tenderá a converger en torno a los 15 dólares por barril de 2015 con los precios del carbón y del gas natural. En el escenario más radical, esto ocurriría en torno al año 2040. En el escenario más conservador, este precio tardaría en llegar unos diez o veinte años más.
Source: Economia
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