Hace más de dos años, la prestigiosa web especializada en el mercado de las criptomonedas, ‘Cointelegraph’, enviaba un aviso para navegantes sobre OneCoin, la moneda virtual ficticia basada en bitcoin que ha llegado a recaudar más de 11,5 millones de dólares sólo en La India. Destapado después como un sistema piramidal, este fondo de inversión en la moneda online por antonomasia no es el único que ha usado el ‘esquema Ponzi’ en el ecosistema de las criptodivisas. El crecimiento en el número de ‘altcoins’ -alternativas al bitcoin- que se ha producido en los últimos meses hace muy difícil ‘separar el grano de la paja’, según expertos consultados, y abona el terreno para que proliferen los esquemas estafa y las monedas inexistentes.
En La India se ha arrestado a más de 20 personas relacionadas con OneCoin desde el mes de abril y hay una orden de búsqueda de otros 30 sospechosos
La compañía está en la lista de observación de autoridades de Bulgaria, Finlandia, Suecia, Noruega, Letonia y Bélgica, quienes han prevenido de los potenciales riesgos involucrados en este tipo de negocios. Además, según informaciones de ‘Criptonoticias’, en Hungría existe un grupo de trabajo exclusivo para el caso y países como Italia y Reino Unido han vetado OneCoin o emitido alertas a nivel institucional. La acción más reciente la ha emprendido Austria, donde la Autoridad de Supervisión del Mercado Financiero ha publicado un aviso en contra del esquema de inversión OneCoin, en el que aclara que esta entidad no tiene autorización para operar en el país.
El funcionamiento de este sistema piramidal, según explican varios medios especializados del sector, se fundamenta en la venta de paquetes educativos sobre intercambio monetario que cuestan entre 100 y 25.000 euros. Con cada seminario, los usuarios son dotados con fichas que pueden ser asignadas para “minar” onecoins en sus servidores de Bulgaria y Hong Kong. Pero la única manera de cambiar onecoins por otra moneda es en un mercado interno exclusivo para aquellos que hayan comprado más de un paquete con un límite diario de cambio. Cuantos más de estos paquetes educativos se adquieran, mayor es el número de monedas que se pueden cambiar diariamente. Además, el sistema contempla que por cada nuevo usuario que se capte para el negocio, se obtendrá el 10% de la inversión de ese individuo.
Este modelo habría reportado a la compañía unas ganancias de 3.800 millones de dólares en 2015. Los datos que se han publicado por la propia empresa son de hace cerca de dos años y en diciembre de 2015 el esquema piramidal ingresó 375 millones de dólares de cerca de 500.000 inversores asiáticos, en un movimiento similar al que se dio en 2013 con el bitcoin. Más recientemente, en marzo de 2016, la compañía aseguró que la capitalización de mercado de OneCoin ascendía a 3.340 millones de dólares.
En su página web definen su supuesta moneda como un activo criptográfico que se crea a través de un proceso de minado. Explican que hay un número finito de onecoins, en concreto 120.000 millones, y que éstas se pueden minar. También se apunta que la moneda sólo se puede negociar en xcoinc.com, donde se permite “comprar y cambiar la criptodivisa” y matizan que OneCoin “no se opera en ninguna otra casa de cambio porque sólo los asociados independientes de la Red OneLife pueden minar la supuesta divisa virtual y no está abierta a que cualquiera comercie con ella”. Traducido al ecosistema de la cadena de bloques, la realidad es que no se conoce la existencia ni ubicación de una blockchain en la que se certifiquen las transacciones, una de las características clave de las auténticas criptomonedas. En cuanto a la divisa como tal, poco se habla de ella. La página web, además, carece de información referente a su valor de mercado, su precio y fluctuación o dónde se cotiza.
¿CÓMO DETECTAMOS LOS TIMOS EN CRIPTODIVISAS?
No es la primera estafa de estas características que se ha destapado en el ecosistema bitcoin. La falta de regulación global propicia que las prácticas fraudulentas se repitan en diferentes productos que suelen tener unos puntos en común, según señala Alberto Muñoz Cabanes, profesor de la UNED y fundador de X-trader.net, por lo que se pueden identificar fácilmente. Para detectarlos, en primer lugar, el también experto en operativa del mercado de las divisas avisa que “siempre hay que desconfiar de quien ofrezca altos rendimientos en nuestras inversiones con numerosas facilidades y que sea opaco a la hora de ofrecer información sobre la estrategia y el funcionamiento de sus operaciones”.
“Debemos tener en cuenta que la media de retorno de un gestor de fondos oscila entre el 2% y el 3% anual, por lo que todo lo que supere estos volúmenes es sospechoso”, matiza Muñoz Cabanes. Además, “aquellos productos que aseguren plusvalías constantes todos los meses también deberían disparar nuestras alarmas”, añade el profesor de la UNED, que también invita a la siguiente reflexión: “Si realmente obtuvieran la rentabilidad que garantizan, los creadores de este tipo de sistemas serían millonarios y no necesitarían promoverlos”.
La regla de oro para detectar falsas monedas criptográficas es comprobar si cotizan en las casas de cambio donde se comercian estos activos virtuales
Los siguientes pasos a seguir son similares a los que daríamos a la hora de elegir un bróker para mercados de alto riesgo, como las divisas o los CFDs. “Debemos desconfiar, por supuesto, si la empresa no tiene sede social, si no hay información clara de quiénes la conforman o de dónde está localizada en la página web”, continúa Muñoz Cabanes. También recomienda huir de empresas que estén ubicadas en paraísos fiscales o de regulación laxa. “Mejor que estén en Europa o EEUU, donde la regulación es más fiable”, redondea el fundador de X-trader.net.
Por último, la regla de oro para detectar falsas monedas criptográficas es comprobar si cotizan en las casas de cambio donde se comercian estos activos virtuales o en las listas de los agregadores del mercado, como CoinMarketCap. Si estas búsquedas no arrojan resultados, lo más probable es que nos hallemos ante una criptodivisa ficticia, algo más común de lo que cabría desear en el incipiente mercado de las monedas online. Por último, otro aspecto clave para detectar la autenticidad del activo en el que queremos invertir es si se puede hacer minería, es decir, si los usuarios pueden sumar esfuerzo computacional a la blockchain -cadena de bloques- para descubrir las monedas a través de la resolución de problemas matemáticos con sus ordenadores.
A pesar de que ahora es cuando se han popularizado las ‘criptos’, cuyo mercado ha dado un salto exponencial este 2017, hasta un récord en los 114.000 millones de capitalización alcanzado el 11 de junio, y un crecimiento del 95% desde enero, las estafas son casi tan antiguas como el mismo bitcoin. Entre las más famosas está el ‘esquema Ponzi’ del fondo ‘Bitcoin Savings and Trust’, de Tendón Shavers, que supuestamente obtuvo 4,5 millones de dólares antes de colapsar y no poder pagar a los inversores el 7% de interés semanal que les había prometido.
Antes de OneCoin, otro esquema piramidal similar, MyCoin, ostentaba el dudoso honor de ser el que más dinero había logrado acumular. Hasta diciembre de 2015, la empresa con sede en Hong Kong llegó a amasar más de 8 millones de dólares, aunque se siguieron reportando actividades ilícitas hasta un año después. Según la web ‘Criptomonedas’, en marzo de 2016 se destapó que habían estafado a 1.000 inversores con la promesa de un retorno del 250%.
A pesar de que ahora es cuando se han popularizado las ‘criptos’, cuyo mercado ha dado un salto exponencial este 2017, hasta un récord en los 114.000 millones de capitalización, las estafas son casi tan antiguas como el mismo bitcoin
Pero los fraudes no acaban aquí. En el minado de criptodivisas, el proceso mediante el que se ‘descubren’ las monedas, se abre otro capítulo. La compra y mantenimiento de los equipos informáticos que efectúan estas operaciones en la blockchain requiere una inversión que ronda los 3.000 dólares, más los costes eléctricos derivados del consumo de estas máquinas. Para ahorrar este desembolso, han surgido empresas que alquilan tiempo en su equipo de minería y, en esencia, los consumidores pagan a cambio de ocupar un espacio por horas en una máquina de impresión de dinero que no pueden verificar que existe. Una derivada es la presunta venta de equipos de minado, que una vez transferida una cantidad en bitcoins, nunca acaban por recibirse.
Punto y aparte merece uno de los episodios más convulsos de la historia de bitcoin: el cierre de la casa de cambio MtGox, donde desaparecieron millones de dólares en bitcoins. El juicio a su antiguo CEO, Mark Karpeles, se ha celebrado en Japón esta misma mes de julio y, a pesar de que se ha declarado no culpable, los cargos que pesan sobre él son los de haber manipulado datos dentro de la plataforma para escamotear miles de dólares en bitcoins. La casa de cambio cerró en agosto de 2014, dañando irremediablemente la reputación de la reina de las divisas virtuales, con una pérdida de 850.000 monedas, con un valor en aquel momento de 480 millones de dólares. Los expertos consultados recomiendan ser cautos a la hora de registrarnos en una casa de cambio, elegir entre las que listen mayor número de ‘criptos’ y trasladar rápidamente el dinero a nuestros ‘ballets’.
Los especialistas también insisten en que hay que desconfiar de los gestores de cartera online de criptodivisas, especialmente de los que se guarden una copia privada de nuestros bitcoins. Y técnicas de estafa como el ‘phising’ tienen su versión en el bitcoin, con falsas promesas de monedas a cambio de un sólo click en el anuncio.
La receta final de los expertos, a la hora de elegir entre las más de 800 divisas online que existen, es la de ser muy cuidadosos y no invertir grandes sumas en ninguna de ellas. “10 o 20 euros para probar deberían ser más que suficientes”, concluye Muñoz Cabanes.
Fuente: Bolsamania.ES
Source: Economia
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