Portugal puede reducir su deuda de la actual 130,7% al 91,7% si se aplazan los pagos a 60 años y se reducen los intereses al 1%. El plan no es del Gobierno, reacio a cualquier iniciativa unilateral, pero sí de su partido socialista y del Bloco de Esquerda, que le apoya parlamentariamente.
El Gobierno no quiere ni oír hablar de reestructurar la deuda, pero, sin embargo, dio permiso para crear una comisión parlamentaria que estudiara un plan de reducción. No fue una iniciativa suya, sino una exigencia del Bloco de Esquerda a cambio de darle su apoyo parlamentario para toda la legislatura. Después de un año de reuniones, el plan está concluido y enviado al Gobierno.
En síntesis, el estudio para reestructurar la deuda se basa en no tocar la deuda que afecta a los fondos privados y al FMI. Respecto al resto, se extenderían los pagos de los actuales 15,6 años de media a los 60, y se bajarían los tipos de interés del actual 2,4% de media al 1%.
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Aparte de las medidas que dependen de negociaciones con terceros, el grupo de trabajo presenta cuatro que son de plena potestad del Gobierno: una reducción de las provisiones del Banco de Portugal, que el Gobierno considera excesivas y con lo que el Estado tendría más dividendos anuales; un adelantamiento de los pagos al FMI, que tiene los créditos con intereses más altos; la optimización de los depósitos del Estado y la reducción de la duración media de la deuda emitida. En conjunto, la aplicación de estas medidas ahorraría al Estado 451 millones este mismo año (0,20% del PIB) y 2.788 millones en el año 2022.
Para conciliar los discursos del gobernante partido socialista y del vociferante Bloco de Esquerda (salida de OTAN, perdón de deuda…), el lenguaje del estudio mide cada palabra; por eso no se trata de un plan, sino “meramente un ejemplo del tipo de reestructuración que sería posible”, aunque también advierte que de continuar con el actual nivel de deuda se deberán aumentar impuestos o reducir los servicios sociales.
El plan solo se activaría en una negociación conjunta en el seno de la Unión Europea
En virtud de ese equilibrio entre las distintas fuerza que integran el grupo de trabajo, en ningún momento se habla del perdón de parte de la deuda, “ni sería un incumplimiento, sino que sería realizada en acuerdo con los socios europeos”.
Las reacciones al plan no han tardado. El Gobierno se desvincula totalmente de él, aunque han participado sus diputados by hasta el subsecretario de Hacienda, y el PC, el otro partido que apoya al Gobierno en el Parlamento, lo califica de “micropopuestas”, con soluciones “iguales a otras” que no dan respuesta a los “problemas profundos”, según el diputado Paulo Sá. Reacciones previstas, pues el PC no iba a aplaudir una idea del Bloco de Esquerda, su competencia electoral.
Fuente: ElPais.com
Source: Economia
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