Eche la vista atrás, concretamente piense en qué estaba haciendo usted el 15 de mayo de 1997. Si ya estaba en los mercados probablemente la noticia del día no habría sido probablemente que una librería online iba a debutar en el mercado. Ese día saltaba al parqué estadounidense Amazon valorada a 18 dólares por acción.
Si usted hubiera comprado solo una acción, hoy tendría más de 850 dólares en su cuenta. Ese primer día de su debut Amazon terminó con una capitalización de 438 millones de dólares, hoy es la cuarta mayor empresa de Estados Unidos, con un valor en mercado de 452.000 millones de dólares.
En estos momentos, solo Apple, Alphabet y Microsoft valen más que Amazon en bolsa y su fundador, Jeff Bezos, se ha convertido en el tercer hombre más rico del mundo, después de Bill Gates y el español Amancio Ortega. Y todo gracias a una idea que nadie en los 90 pudo pensar que iba a transformar no solo el mercado de los libros, sino una industria entera, la minorista.
Amazon vendió su primer libro en 1995 y Bezos ya tenía claro que la evolución de internet en los años siguientes iba a terminar modificando el comportamiento de las compras de los usuarios. Hoy en día el modelo de negocio de grandes establecimientos americanos está puesto en cuestión y muestra de ello han sido las numerosas bancarrotas a las que se ha enfrentado esta industria. Todo porque el gigante de comercio electrónico se ha convertido en un auténtico disruptor del sector.
No hay prácticamente nada que usted no pueda comprar hoy vía Amazon y, si lo hay, probablemente mañana ya estará en su plataforma. La sencillez, la rapidez y la capacidad de Amazon para controlar los costos hacen de la compañía un modelo prácticamente sin igual a nivel global. Quizá habría que cruzar el océano para mirar a Alibaba desde China. Ya no solo es un líder en la distribución de productos, sino que los expertos valoran su incursión en el mundo de los contenidos y, sobre todo, su apuesta por los servicios en la nube, en donde rivaliza con Microsoft.
Pero antes de llegar al nivel en el que se encuentra en estos momentos, Amazon ha tenido que hacer un gran esfuerzo inversor. Tanto que durante décadas, la compañía había sido prácticamente incapaz de dar beneficios. Sus directivos estaban convencidos de que solo invirtiendo en tecnología y en crecimiento –cuando nadie creía en ellos-, iban a ser capaces de ser lo que son en estos momentos.
Sin embargo Amazon ha sido capaz de dar beneficios. Y muchos, en los últimos años. Las ventas en el último trimestre crecieron un 23%, hasta 35.700 millones de dólares mientras que su beneficio aumentó un 41%, hasta 724 millones de dólares. Los expertos prevén que la compañía podría ganar más de 3.300 millones de dólares este año, algo inconcebible hace solo unos ejercicios. En 2014, por ejemplo, perdió más de 240 millones.
Y lo cierto es que los expertos prevén que a partir de ahora las cifras de beneficio no van a hacer nada más que crecer en bolsa.
En este entorno de beneficios crecientes y aumento de sus cuotas de mercado, un 84% de los analistas que siguen el valor apuestan por comprar sus acciones, frente al 16% restante que opta por mantener. Su precio objetivo está por encima de 1050 dólares por acción, lo que implica un potencial de más de un 10% desde el nivel de cotización actual.
Fuente: Banca&Negocios.com
Source: Economia
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