La mejora del empleo, el consumo y las exportaciones siguen soportando la economía nacional y han llevado al Banco de España a revisar al alza sus proyecciones macroeconómicas para este año y el siguiente.
En su informe trimestral sobre la economía española, el banco central mejora sus previsiones de empleo, crecimiento y déficit para este año y los dos próximos aunque advierte de que la falta de mayoría parlamentaria es el principal riesgo interno y hace hincapié en la necesidad de perseverar en las reformas y la consolidación.
Después de que el Ejecutivo aprobase el viernes, con ocho meses de retraso, su borrador presupuestario de 2017, la autoridad monetaria española calcula que el PIB del primer trimestre podría haber crecido a un ritmo del 0,8 % intertrimestral.
Ante un comportamiento mejor de lo esperado en el consumo, los analistas del banco central acercan sus proyecciones al consenso de mercado y estiman que 2017 podría cerrarse con un PIB del 2,8 %, tres décimas más de lo proyectado en diciembre y de la previsión oficial del Ejecutivo.
Para 2018 y 2019, las proyecciones de la entidad mejoran dos y una décima hasta el 2,3% y 2,1 %, respectivamente.
“La recuperación continúa apoyándose en la fortaleza del empleo, que sigue favoreciendo el dinamismo de la demanda interna”, explica la institución en el informe.
No obstante, estima que podría desacelerarse ligeramente en el corto plazo por la compresión de las rentas de los hogares inducida ante el repunte previsto de la inflación, con una proyección de alza de precios del 2,2 % este año, 1,4 % en 2018 y 1,6 % en 2019.
La contribución del saldo neto exterior al crecimiento del PIB seguiría siendo positiva, en un contexto de fortalecimiento de la economía global y los mercados exteriores.
“A medio plazo, las proyecciones recogidas en este Informe confirman la continuación de la etapa expansiva de la economía española, con el trasfondo de los progresos alcanzados en la corrección de los desequilibrios y, en particular, en la mejora de la competitividad”.
En torno al mayor desequilibrio de la economía nacional, el Banco de España también mejoró sus previsiones de generación de empleo, proyectando tasas de paro en términos EPA del 16,7 % a finales de 2017, 15,4 por ciento a finales de 2018 y 13,9 % al terminar 2019.
DEUDA, CONSOLIDACIÓN Y REFORMAS
En la cruz de la moneda, los analistas de la institución vuelven a advertir de que a lo largo del período de proyección se espera que la deuda pública continúe en niveles muy elevados, “lo que subraya la necesidad de retomar el proceso de consolidación fiscal, al objeto de lograr una reducción sostenida del endeudamiento público”.
La institución anima a aprovechar las condiciones “relativamente favorables actuales” para reducir el déficit público estructural y la ratio de deuda pública sobre el PIB.
Aunque mejora en una décima el quebranto fiscal previsto en cada uno de los tres años de proyección, las previsiones de déficit de las administraciones públicas siguen superando los objetivos fijados con Bruselas.
En concreto, estima déficit del 3,3 % del PIB en 2017 (3,1 % comprometido), 2,8 % en 2018 (2,2 %) y 2,4 por ciento en 2019 (1,3 %).
No obstante, responsables del informe explicaron que las proyecciones de déficit no son comparables con las del Gobierno ya que no toman en cuenta las medidas impositivas del proyecto de presupuestos aprobado el viernes y que contempla que Hacienda recupere el nivel recaudatorio de hace 10 años.
Según el Banco de España, esta fortaleza recaudatoria podría deberse a una mayor contribución de ingresos del sector inmobiliario, que acelera su recuperación — por ahora sin sobrecalentarse — y cuenta con un alto nivel de generación de ingresos impositivos.
Sin embargo, desde el banco central ya se advierte de los riesgos que podrían implicar estos presupuestos.
“Todavía no tenemos el borrador de los presupuestos (…) mi sensación es que por el lado de los ingresos no hay grandes sorpresas (…) la importancia está en los distintos supuestos que se establecen por el lado del gasto público”, señaló el Director General de Economía y Estadística del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.
El banco central dice que las principales incertidumbres internas tienen que ver con las políticas económicas “tanto en relación al proceso de consolidación fiscal como a la aplicación de reformas estructurales, dada la ausencia de una mayoría parlamentaria estable”.
En este sentido insiste en que los legisladores han de aprovechar el crecimiento y los bajos tipos para moderar los costes financieros futuros, reducir la vulnerabilidad de la economía ante un posible endurecimiento monetario y restablecer capacidad de maniobra ante eventuales perturbaciones.
“No hemos visto reformas estructurales novedosas en el último año”, declaró el representante del supervisor.
De hecho, el Banco de España reconoció que los riesgos en torno al escenario de crecimiento son predominantemente bajistas por el contexto exterior.
En concreto, se refiere a un hipotético endurecimiento adicional de las condiciones financieras globales, aunque también a un eventual aumento del “proteccionismo comercial”, a la incertidumbre asociada al Brexit y a “las próximas citas electorales en algunos de los países del área del euro”.
Fuente: Reuters
Source: Economia
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