Los mandatarios de América Latina y el Caribe debaten este miércoles en República Dominicana su primera respuesta conjunta a los desafíos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, materializados ya en el sensible tema comercial.
La quinta Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) aborda cuestiones históricas como la pobreza, pero los vientos proteccionistas que soplan desde la Casa Blanca agitan la reunión en la localidad de Bávaro, vecina de la turística Punta Cana.
Más aún, luego de que Trump ordenara retirar a Estados Unidos del Tratado de Asociación Transpacífico (TPP), que buscaba crear el mayor bloque económico del mundo y había sido firmado por Chile, México y Perú, entre una docena de países.
“Preocupa que ante los anuncios de imposiciones unilaterales de aranceles (…) comience a pasearse por todos los escenarios globales el fantasma del proteccionismo y las consecuentes guerras comerciales”, dijo el presidente dominicano, Danilo Medina, al instalar la cumbre la noche del martes.
Medina ejerce la presidencia rotatoria de la Celac, integrada por 33 países que representan un mercado de 620 millones de personas. En conjunto tienen firmados 164 acuerdos de libre comercio bilaterales y multilaterales.
México enfrenta por ahora los mayores retos, pues Trump también se propone renegociar el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN) y construir un muro fronterizo para impedir el ingreso de migrantes ilegales.
En ese contexto uno de los más esperados, el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, canceló su participación a última hora.
Solo llegaron a Bávaro 10 presidentes. Los demás países están representados por sus cancilleres y jefes de delegación.
Cuba, otra preocupación
Medina advirtió que “el mundo entero perderá” si Europa, China y Estados Unidos se trenzan en represalias arancelarias.
Crítico de la apertura comercial, el presidente boliviano, Evo Morales, fue más lejos al señalar que el proteccionismo de Trump y la salida de Reino Unido de la Unión Europea “sepultaron el libre mercado”.
“Seguramente la Celac tendrá una posición común (…) en asuntos como migración y comercio”, anticipó el canciller ecuatoriano, Guillaume Long.
Con excepciones como Brasil y Chile, la mayoría de los países de la región tienen a Estados Unidos como su principal cliente. Es el destino de 80% de las exportaciones mexicanas.
Los mandatarios de la Celac firmarán la “Declaración de Punta Cana” y una veintena de documentos que pedirán el fin del bloqueo estadounidense a Cuba y de la ocupación de Guantánamo.
La isla, cuyo presidente Raúl Castro asiste a la cumbre, es otra de las preocupaciones en la Celac, pues Trump ha advertido que cancelará el acercamiento con el gobierno comunista -que puso fin a medio siglo de enemistad- si no acepta condiciones más exigentes sobre libertades civiles.
El principal aliado de Cuba en la región, el presidente venezolano Nicolás Maduro, heredero de la retórica “antiimperialista” del fallecido Hugo Chávez, dio un compás de espera a Trump, al estimar que éste es víctima de una “campaña de odio”.
No obstante, Maduro -enfrentado a una grave crisis en su país- busca que la cumbre exija derogar un decreto de 2015 que considera a Venezuela como una “amenaza inusual y extraordinaria” para la seguridad de Estados Unidos.
Mecanismo “ineficiente”
Sin lamentarse por las posibles restricciones comerciales de Trump, el presidente ecuatoriano Rafael Correa dijo que América Latina se debe proteger de la “persecución a los migrantes”, un tema que planteará en la cita.
La Celac surgió en 2011 con el impulso de Hugo Chávez y otros gobiernos de izquierda, que consideraban que debía reemplazar a la Organización de Estados Americanos (OEA), de la que hacen parte además Estados Unidos y Canadá.
Pero internacionalistas como el colombiano Vicente Torrijos opinan que la Celac debe desaparecer porque es “ineficiente”, “dispersa los esfuerzos diplomáticos” y ha servido para “enmascarar” a gobiernos autoritarios.
“No hay más que declaraciones, lo cual le ha restado credibilidad”, declaró Torrijos a la AFP, y añadió que la región debe “reconstruir” el sistema interamericano para lograr que Estados Unidos asuma compromisos, en lugar de la confrontación.
Durante la fase preliminar de la cumbre, la secretaria de la Cepal, Alicia Bárcena, informó que la pobreza en la región aumentó de 28,2% a 29,2% entre 2014 y 2015, afectando a 175 millones de personas.
En tanto, la indigencia golpeaba a 75 millones de personas en 2015, cinco millones más que en 2014, añadió Bárcena, quien llamó a blindar la inversión social aun cuando la región solo crecerá 1,3% en 2017, tras dos años de contracciones.
Fuente: AFP
Source: Economia
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