¿Quién no ha soñado nunca con tener la capacidad de prever el futuro? En el cine, incluso, han ido un paso más allá y jugado con la idea de viajar en el tiempo. En la segunda entrega de la ya mítica trilogía de ‘Regreso al futuro’, el protagonista, Marty McFly, viaja adelante en el tiempo con la idea de comprar un almanaque con los resultados deportivos de los últimos años para poder hacer apuestas desde el pasado. Como McFly, ¿a qué inversor no le gustaría disponer de un repertorio con todos los movimientos futuros del mercado? Warrem Buffet y Robert Shiller no son personajes de ciencia ficción y no pueden vislumbrar el porvenir, pero cuentan con unas fórmulas que les han funcionado bastante bien, no en vano, el primero es el tercer hombre más rico del planeta y el segundo es Premio Nobel de Economía.
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Estos son los cautro métodos utilizados para prever el comportamiento a diez años vista y cuyos se remontan a más de medio siglo:
1- El PER de Shiller, que predice un rendimiento total real anualizado del +2,6% en el S&P 500. Este modelo lo que hace es tomar el precio del índice norteamericano actualmente y dividirlo por el promedio de ganancias ajustadas a la inflaciónde las compañías que lo integran en los últimos diez años. De este modo, obtiene una proporción que sugiere si el mercado está sobrevalorado o infravalorado.
2- El MV/PIB es el indicado de Warren Baffet, que estima un -2,0% para dentro de una década. Para calcularlo, se divide el valor de mercado del S&P 500 por el producto interior bruto de Estados Unidos. Buffett no fue la primera persona en sugerir esta métrica, aunque ha dicho que es “probablemente la mejor medida individual de dónde se encuentran las valoraciones”.
3- El Dow Jones Composite, por su parte, predice un retorno del -4,1%. Jones usa la fórmula de Buffett pero la ajusta a los cambios demográficos. Por ejemplo, a medida que la población de Estados Unidos envejece, reduce la demanda económica. El compuesto resultante, el Demográfico y Ajustado por el Mercado (DAMA), ha pronosticado los rendimientos de 10 años del S&P 500 más cerca que cualquiera de las otras fórmulas desde 1964. De ser así, la pérdida anualizada será del -4,1% en una década. Esto supone una disminución del 34%, casi tan mala como la de la denominada década perdida, que comprende entre el año 2000 y el 2009.
4- El ratio “q”, que predice un retorno del -0,5%. Esta métrica divide el valor de mercado de todas las acciones de Estados Unidos (no sólo las del S&P 500) por el coste de reemplazar todos los activos de las compañías. Se basa en documentos académicos de los economistas James Tobin, un premio Nobel de 1981, y William Brainard. Esta fórmula predice que su cartera se reducirá ligeramente en términos reales.
El siguiente gráfico adjunto no muestra los niveles de precios del S&P 500. En cambio, revela la exactitud de las previsiones en el pasado. Los números de la derecha son los pronósticos para los próximos 10 años. Todos los números para el S&P 500 incluyen dividendos pero excluyen el efecto inflacionario del índice de precios al consumidor sobre los precios de las acciones:
A primera vista, las predicciones pueden parecer estar muy alejadas las unas de las otras. Pero no es así, pues todos los pronósticos son mucho más bajos que el rendimiento total real anualizado del S&P 500 de alrededor del 6% desde 1964 hasta 2018.
No obstante, Dow Jones ha sido el primero en advertir que éstas fórmulas son sólo predicciones y en ningún caso representan una garantía, por lo que no sirven para conocer los mínimos y máximos precisos del mercado, sino para intuir cuál es la tendencia. Por eso, esta es una herramienta que puede ser válida para los inversores largoplacistas, y no tanto para los intradía.
Después de todo, el S&P 500 podría subir los próximos cinco años a una tasa real del 1%, antes de caer un 9% anual durante los próximos cinco años, según los expertos de MarketWatch. Así, para los inversores a largo plazo, la probabilidad de que el mercado esté sobrevalorado y eventualmente retroceda a una valoración más baja debería tomarse en cuenta como una señal de precaución.
Por este motivo, se recomienda no invertir sólo en acciones del S&P 500 y diversificar la cartera en otros tipos de activos para que el índice no arrastre toda la rentabilidad del inversor.
Fuente: Bolsamania.com
Source: Economia
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